Fuente:
Newsweek
Autor:
Alex Renton
Fecha: 28 Abril 2015
La no contada -y aterradora- historia detrás del terremoto que devastó Nepal el último sábado por la mañana comienza con algo que suena bastante benigno. El flujo y reflujo de las aguas pluviales en los grandes deltas de los ríos de la India y Bangladesh, y la presión que ejercen sobre las placas que componen la superficie del planeta.
Fecha: 28 Abril 2015
La no contada -y aterradora- historia detrás del terremoto que devastó Nepal el último sábado por la mañana comienza con algo que suena bastante benigno. El flujo y reflujo de las aguas pluviales en los grandes deltas de los ríos de la India y Bangladesh, y la presión que ejercen sobre las placas que componen la superficie del planeta.
Este
factor causal recientemente descubierto es visto por un creciente
cuerpo de científicos como una prueba más de que el cambio
climático puede afectar a la estructura subyacente de la Tierra.
En
virtud de este descubrimiento un grupo de geólogos y geofísicos
eminentes, incluyendo a Bill McGuire, profesor emérito de Geofísica
y peligros del clima en el University College de Londres, predicen
una serie de "eventos extremos geológicos" que amenazan la
vida: terremotos, volcanes y tsunamis.
"El cambio climático puede desempeñar un papel fundamental en la activación de determinadas fallas en ciertos lugares donde podrían matar a un montón infernal de gente", dice el profesor McGuire. Algunos de sus colegas sospechan que el proceso ya puede haber comenzado.
"El cambio climático puede desempeñar un papel fundamental en la activación de determinadas fallas en ciertos lugares donde podrían matar a un montón infernal de gente", dice el profesor McGuire. Algunos de sus colegas sospechan que el proceso ya puede haber comenzado.
Suena
como un argumento para una producción apocalíptica de Hollywood -
de hecho la película 2012 narraba el colapso de la corteza de la
Tierra después de un calentamiento rápido del núcleo de la Tierra.
El mecanismo aquí es bastante más mundano, aunque potencialmente no
menos devastador.
Evidencias
desde el final de la última edad de hielo ya han demostrado que la
inquieta red de fallas sísmicas del planeta - grietas en la corteza
como la que discurre a lo largo de los Himalayas - son muy sensibles
a los pequeños cambios de presión ocasionados por el cambio en el
clima. Y un volcán sensible o falla sísmica son muy peligrosos.
El hielo desaparece, el nivel del mar aumenta y las inundaciones ya previstos para el siglo XXI son inevitables a medida que se la Tierra y los patrones climáticos cambian - y van a cambiar el peso en el planeta. El profesor McGuire denomina a este proceso "despertar al gigante" - algo que se puede hacer con sólo unas gigatoneladas de agua puestas en el lugar correcto o incorrecto.
"Estas
variaciones de estrés o tensión – tan sólo la presión de un
apretón de manos en términos geológicos - son perfectamente
capaces de desencadenar un terremoto si esa falla está a punto",
dice a la revista Newsweek.
Cualquier
escolar sabe la causa subyacente de los terremotos como el de Nepal:
la fricción incómoda de las placas continentales que flotan sobre
el interior fundido de la Tierra. Este proceso se disparó a toda
marcha cuando las capas de hielo se comenzaron a retirar hace 20.000
años desestabilizando la corteza. El último evento en ese proceso
sin fin llegó justo antes del mediodía hora local el 25 de abril,
cuando la sección que sostiene la India se deslizó bajo la placa
Euroasiática.
Los
efectos fueron inmediatos y horribles - edificios se derrumbaron por
la región, dejando casi 4.000 muertos y muchos más heridos.
Mientras se imprimía Newsweek,
enormes réplicas estaban causando más caos.
Pero el sismo había sido ampliamente predicho. El mismo Himalaya es un daño colaterales de los interminables empujones entre las dos partes del continente asiático. Los terremotos en Nepal se han registrado durante al menos 700 años, y este era una repetición casi exacta de un evento de 1934 que mató a 16.000 personas en Nepal y el norte de la India. Mahatma Gandhi, después de visitar las comunidades afectadas, dijo que era un castigo providencial a los indios por no acabar con el sistema de castas.
Lo
que ni los científicos ni Gandhi 1930 sabían era que la lluvia que
abastece los enormes ríos que nacen en el Himalaya y se extienden
hasta el mar de Bengala es una parte crucial de este proceso. El Dr.
Pierre Bettinelli fue el primer científico que en 2007 mostró cómo
este vasto flujo de agua de lluvia, sólo superada por la de la
cuenca del Amazonas, afecta a los terremotos en el Himalaya. Él
habló con Newsweek
desde una base en el desierto de Argelia, donde está investigando
los efectos de la perforación de pozos de petróleo - otra causa
artificial de terremotos.
"Imagínese un pedazo de madera flotando en el agua - que es la placa de la India – si la empuja hacia abajo con el pie se crea una compresión, perturbación, en el agua junto a ella. Eso se ve en el aumento del número de eventos sísmicos en el borde de la placa".
"Imagínese un pedazo de madera flotando en el agua - que es la placa de la India – si la empuja hacia abajo con el pie se crea una compresión, perturbación, en el agua junto a ella. Eso se ve en el aumento del número de eventos sísmicos en el borde de la placa".
TERREMOTOS MUNDIALES M>6 POR AÑO DESDE 1973 HASTA 2013: ABRIL DE 2014 FUE SIDO RÉCORD HISTÓRICO |
Con esta idea -que ha sido generalmente aceptada por los científicos en la materia- Bettinelli explicó las diferencias estacionales en la ocurrencia de terremotos en el Himalaya. En pocas palabras, el ir y venir del peso de las lluvias monzónicas causan que se acumule energía en el borde de la placa.
"Este efecto, sin duda puede haber hecho el terremoto Nepal se desencadene antes", dice el profesor Roland Burgmann, del Departamento de La Tierra y Ciencias Planetarias en la Universidad de California, Berkeley.
Mientras
tanto, por supuesto, se ha demostrado que el cambio climático estar
causando enormes e inquietantes cambios en el tamaño y configuración
de los monzones del sur de Asia, mientras que la intervención humana
ha desempeñado un papel en las inundaciones.
El
profesor Bill McGuire del UCL tiene pocas dudas de que los efectos
como este descubiertos recientemente advierten de la catástrofe. En
un libro reciente, Despertando
al gigante: Cómo el Cambio Climático dispara Terremotos, tsunamis y
volcanes,
reflexiona sobre las consecuencias de una subida de 70m del nivel
del mar que amenaza con ocurrir si se derritiese todo el hielo que
queda en el planeta.
Lo cual hace ver claramente que las 150 gigatoneladas de agua extra que se acumulan en Bangladesh después de una fuerte temporada de monzones, inclinando la placa de la India, no sea más que literalmente una gota en el océano.
Lo cual hace ver claramente que las 150 gigatoneladas de agua extra que se acumulan en Bangladesh después de una fuerte temporada de monzones, inclinando la placa de la India, no sea más que literalmente una gota en el océano.
"En todo el mundo," McGuire escribe, "A medida que los niveles del mar suben inexorablemente, la flexión de la corteza asociada a la carga alrededor de los márgenes de las cuencas oceánicas podría - en el tiempo - actuar de manera suficiente para desbloquear las fallas costeras", como la de San Andrés en California, permiténdoles moverse con mayor facilidad; al mismo tiempo que actúaría exprimiendo el magma de volcanes susceptibles que están preparados y listos para activarse".
Por
supuesto, para que eso ocurra pueden faltar algunos siglos o incluso
milenios. Incluso el peor de los casos pronosticados para el siglo
XXI imaginan subidas del nivel del mar de no más de cinco metros.
Pero McGuire y sus colegas ya han visto los efectos de un aumento
del nivel del mar bastante pequeño en una de las fallas de
Alaska.
"Hay un volcán en Alaska, Pavlof, que sólo entra en erupción durante el otoño y el invierno. El aumento de 10 cm o 15 cm del nivel del mar durante los meses de invierno, cuando dominan las bajas presiones, es suficiente para doblar la corteza y exprimir el magma. Es un ejemplo de lo pequeño que es el cambio que se necesita”, dijo.
"Hay un volcán en Alaska, Pavlof, que sólo entra en erupción durante el otoño y el invierno. El aumento de 10 cm o 15 cm del nivel del mar durante los meses de invierno, cuando dominan las bajas presiones, es suficiente para doblar la corteza y exprimir el magma. Es un ejemplo de lo pequeño que es el cambio que se necesita”, dijo.
Mientras
tanto, los geólogos que modelan el efecto de la retirada de las
capas de hielo en el hemisferio norte predicen más actividad
volcánica conforme se libere la presión. McGuire señala las tres
erupciones en cinco años en Islandia - "No se puede decir que
es una prueba estadística, pero ... te hace pensar."
Enlaces relacionados:
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-Robert
Scribbler: Climate Change’s ‘Waking Giant’ to Set off Rash of Volcanic Eruptions,Tsunamis, Earthquakes?
-Antonio Aretxabala: Cambio Climático. Adaptación y reducción del riesgo.
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